miércoles, 10 de octubre de 2012

Experiencia 2do Encuentro CNL junto a Francisco "Pancho" Olveira

Luego de un rato de distensión y charla social, nos dispusimos a comenzar el encuentro, por su puesto, con mate de por medio.
Diego Sojo y Pachu Paniego, creadores de Letras Desatendidas, y quienes conectaron a CNL con Francisco “Pancho” Olveira, fueron los encargados de presentar al sacerdote. Destacaron, entre otras cosas, su humildad y su inmensa entrega, “no hace voluntariado, su vida constante es un voluntariado…da su vida literalmente por los que menos tienen” 

Pancho, con cuaderno en mano, inicia su relato hablándonos de su manera de vivir la fe. Dice que la suya es una fe terrenal, pues, asegura, “si viviviera mi fe mirando al cielo terminaría con tortícolis”.  Decidió dedicar su vida al servicio de los vecinos de un asentamiento en la Isla Maciel, ya que cree que la espiritualidad y la fe se construyen brindándose los demás, no mirando al cielo sino estando en permanente contacto con la tierra. “Cada uno ve la realidad desde el lugar en el que esté parado”, dice. Él quiso instalarse ahí, desde donde pueda ver la realidad de una manera completa.
Tan solo con esta introducción se puede entender la grandeza que se esconde dentro de este hombre del cual irradia una gran humildad.

Con entusiasmo cuenta el proyecto “Casita de Belén”, que consiste en la entregan de prestamos - un máximo de $12000 - para que los vecinos de la isla acondicionen sus casas; entre otras cosas reparar goteras y mejorar las condiciones sanitarias. “Tenemos mejor devolución que un banco, nuestra tasa de retorno es del 95%, expresa, claro ejemplo de que, paradójicamente, quienes menos tienen son quienes más devuelven. ¿Tendrá que ver justamente con tener menos? ¿Con valorar mas lo que tanto cuesta conseguir?

Pancho destacó las mayores problemáticas de los asentamientos: la droga y la violecia (una consecuencia de la otra), la dificultad para el acceso a una vivienda digna y la falta de trabajo. “Todos los días viene alguien a pedirme trabajo” nos cuenta, y agrega “El trabajo garantiza dignidad”.

Otra de las iniciativas con las que busca hacer frente a esta última problemática es el funcionamiento de la “Cooperativa Nuestra Señora de Fátima”. Esta Cooperativa textil se formó hace varios años de la mano de Pancho. Actualmente confeccionan Guardapolvos para el Ministerio de Desarrollo Social. La cooperativa emplea a vecinos de la isla que, por diversas situaciones, no pueden acceder a un trabajo tradicional, como, por ejemplo, personas con problemas psiquiátricos o mujeres que no tienen donde dejar sus hijos (tienen la posibilidad de llevarlos con ellas). 

En un clima muy ameno, de intercambio y reflexión entre los presentes, todos coincidimos de la importancia de, capacitar, transmitir conocimientos y formar a hombres y mujeres para que puedan ser capaces de afrontar un nuevo trabajo. A lo que sin duda habría que sumarle el “dar confianza”, demostrarles que son capaces de lograr aquello que sueñan, que les sobran talentos y que tan solo necesitan un empujón para descubrirlos y hacerlos florecer.

En esta ida y vuelta también se habló de otros proyectos que, actualmente, se están encubando en la isla, como un proyecto de Turismo Sustentable. Se busca abrir la isla al turismo, no para mostrar la pobreza, sino para dar a conocer los encantos de la isla. Esto generaría puesto de trabajo y un movimiento interesante en la economía del lugar.

Entre los asistentes también, surgieron proyectos y anécdotas, a partir del contacto de sus emprendimientos con esta realidad social. Se concluyó que lograr esta integración no resulta tarea fácil, pero que  se trata de una experiencia siempre positiva, en la que es posible descubrir una nueva realidad que tiene muchísimo para aportar a cualquier emprendimiento.

Para concluir el encuentro Joaquín Sorondo, presidente de INICIA, motivó a llevar lo conversado a la acción y dejó abierta la posibilidad de trabajar en conjunto con la Coopertiva Fatima.

Hay muchas “Islas Maciel” en nuestros país, no perdamos tiempo y decidámonos a involucrarnos  con esta realidad desde donde cada uno pueda, tomemos medidas concretas para disminuir esta inequidad social tan arraigada en la Argentina y en el mundo.

Todos podemos y debemos liderar este cambio que tanto ansiamos. Depende de nosotros poder lograrlo!

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